lunes, 31 de mayo de 2010

¿Un traductor? sólo sé hablar en Catalán

Hace unas semanas leí en el periódico 20 Minutos que un senador catalán, a la hora de pronunciar un discurso, exigió hablar en Catalán con un traductor en Castellano para que el resto de los participantes entendieran lo que decía. Indagando un poco más en el tema, leí en el mismo periódico el 28/04/10 que el Senado gastaría 120.000 euros al año para la traducción simultánea de aquellos diputados que sólo hablen en castellano puedan entender los discuros de quienes prefieran expresarse en catalán, gallego, valenciano y euskera, a partir de este otoño.


Después de leer esto me entraron ganas de comentarlo. La verdad es que yo respeto mucho las lenguas que se encuentran dentro de la Península, es más, las admiro, que hayan podido continuar hasta nuestros días a pesar de las enormes dificultades que surgieron (como las veces que nos han invadido, llegando algunos casi a desaparecer) es una gran proeza. A mí me habría encantado haber aprendido al menos una de ellas, como el euskera.


Sin embargo, opino que el Senado es una institución en el que se encuentran los representantes de los ciudadanos españoles y, por tanto, debería hablarse en la lengua oficial del país al que es representado, es decir, el castellano. Además, siempre he creído que los traductores se utilizan cuando los participantes no dominan un idioma en común, cosa que no se da en este caso.


Por otra parte, si se considera que una persona tiene todo el derecho a hablar en su idioma, sí ue tendría derecho a un traductor, la verdad es que las dos partes de la discusión tienen su parte de razón.


La única causa por la que mi opinión se inclina más hacia la parte del "no" es sobre el dinero. Estamos hablando de 120.000 euros, casi 10 años de un sueldo de un mileurista, ¿y quién va a pagar todo ese dinero? pues seguramente irá al gasto público, lo que significará un aumento de los impuestos.


Al final toda reforma es un círculo vicioso en el que los que siempre vamos a "pagar", tanto monetariamente como no, somos los de siempre: los ciudadanos. Así que si nos va a tocar apretarnos aún más el cinturón... por lo menos que esa reforma esté destinado para un bien común, y que no se convierta en un gasto innecesario por la ideología de unos pocos.


Así que ya sabéis, traductores. A preparar los currículums, que al final de este año salís del paro.


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